El mito del manager necesario
Si todo el mundo tuviera iniciativa real y asumiera sus responsabilidades sin excusas, la figura del manager sería casi irrelevante. Pero aquí estamos, en un mundo donde la gestión de personas sigue siendo un pilar en cualquier empresa.
¿Por qué? Porque la mayoría necesita ser dirigida, empujada o, en el mejor de los casos, organizada. No porque sean incapaces, sino porque asumir la responsabilidad total de su trabajo es un músculo que pocos desarrollan de verdad.
Los managers no existen porque sí. Existen porque hay que recordarle a la gente qué hacer, cuándo hacerlo y cómo priorizar. Porque sin supervisión, muchos dejarían tareas a medias, evitarían conflictos y jugarían al "no es mi problema".
El problema no es la figura del manager. El problema es la falta de autonomía real en los equipos.
¿Solución? O construimos culturas donde cada uno actúe como dueño de su trabajo o seguiremos necesitando “niñeras corporativas”.
¿Realmente crees que podríamos vivir sin managers o seguimos necesitándolos más de lo que nos gusta admitir?